Prácticas
de tutoría en educación a distancia
con
el uso de las nuevas tecnologías educativas
Las
nuevas tecnologías deben servir como plataforma para incorporar la educación a
la sociedad, más no como meta para transmitir una ideología particular que
delimite las capacidades del individuo en función de una mayor demanda de
recursos técnicos, coherentes con la necesidad de asegurar aprendizajes
significativos (Zea, Trujillo, Atuesta y Foronda, 2005). Si esto no nos queda
claro desde el principio, ocurre lo que ha venido sucediendo en nuestro país,
donde sin una cultura sólida de los valores educativos, de pronto se han
incorporado nuevas herramientas a los sistemas de enseñanza tradicionales, a
lo cual nos preguntamos ¿Cuántos profesores y maestros realmente se encuentran
capacitados para estos cambios? ¿Cuántos
conocen y utilizan las ventajas de estas otras herramientas de un modo
adecuado?
Es
difícil pensar entonces que aún no
estamos preparados para la era digital, pero también por otro lado es
casi imposible la concepción de un futuro en las escuelas sin estas mejoras
tecnológicas. Por lo que hoy en día “es
importante considerar que la figura del profesor y su función dentro de
modalidades de e-Learning requieren
ser definidas” (Valenzuela, 2010, p. 108). La era del libro y las monografías
se han desplazado lentamente hacia otro ángulo de la educación, donde ahora el
docente requiere de una serie de
instrumentos audio-visuales que le permitan entrar en contacto directo con los
acontecimientos del mundo. Toda vez que,
los sistemas presénciales han empezado a actualizarse ante las ventajas
de los recursos en línea, poniendo nuevamente a prueba al docente tradicional, al aula y al sistema
educativo tal y como lo conocemos hasta ahora.
1. Acercamiento a la educación
en la era digital.
En muchos de los espacios escolares,
desde las primarias hasta las universidades e institutos de investigación, nos
encontramos en una fase de movilidad del sistema educativo. A lo cual debemos
preguntarnos ¿Qué es lo que realmente ha
pasado con la escuela en estos últimos años en la llamada era digital?
Hoy existe casi una total unanimidad con
relación a la “nueva educación”. Los
estudiantes de los distintos niveles
viven dentro de un mundo mediático, donde subsiste un problema grave y
difícil de resolver: las computadoras en las casas no siempre tienen usos
educativos positivos, en realidad, estás rara vez están conectadas con la escuela. Lo que de
entrada encierra aspectos espinosos tales como: la existencia de intereses
deseables y no deseables por parte del usuario, el aislamiento del joven ante
su entorno cercano, la falta de comunicación con la familia y sobre todo el
consumo de contenidos sin vigilancia que circulan libremente por los espacios
de la red, sobre todo cuando el alumno se ha vuelto autodidacta y se enfrenta a
un panorama saturado de informaciones abiertas, sin la guía directa del
docente.
Ahora
bien, otra de las grandes desventajas de
los sistemas a distancia tiende a ser
aquella que propicia el alejamiento
entre estudiante y maestro. Quienes hemos participado en esta modalidad
de educación, podemos decir que sí
percibimos un cierto desvanecimiento de la figura del
docente que impide establecer una relación profunda entre el aprendizaje y la vivencia,
e inclusive se puede observar que cuando se dejan tareas complejas que
requieren de un trabajo en equipo, éstas rara vez se llevan a cabo siguiendo la secuencia de las
sesiones anteriores. Pero ¿por qué?, básicamente desde mi experiencia personal
lo resumiría en tres aspectos: 1) la falta de comunicación entre los estudiantes y el tutor, 2) una
desfase temporal entre las distintas
actividades de los integrantes del equipo
y 3) una aplicación errónea de
las estrategias de aprendizaje basadas en
los hábitos de estudio para los sistemas
tradicionales. Con esto no quiero decir que todo este mal, pero sí hace
falta todavía mucho en esta transición entre la enseñanza convencional y los nuevos medios digitales.
2. El rol del profesor
en los nuevos escenarios educativos.
La educación presencial, establecida
desde hace siglos, ha sufrido recientemente grandes cambios, muchos de ellos
provocados por las crecientes exigencias de una población que requiere mayor
cultura y capacitación profesional, pero que no puede asistir a los cursos
tradicionales, por diferentes razones: situación geográfica, trabajo, costo, entre
otras. La situación con la educación a
distancia satisface en gran medida estas necesidades, sin embargo surgen nuevas
demandas que no solo tienen que ver con el aspecto tecnológico, una de ellas
tienen relación con el instructor y el rol de tutor en educación a distancia.
Burgos (2009) menciona que “en educación
a distancia al instructor se le asigna el rol de docente” (p. 259). Es por eso
que debe definirse primeramente el término docente, y es aquí donde cita a Maya
(1993, citado por Burgos, 2009) quien describe que el término docente se aplica
a toda persona que se dedica a la enseñanza, lo cual permite inferir que la
docencia es entonces la actitud sustantiva de quienes enseñan. Y aquí la definición de tutoría:
La tutoría es básica y esencialmente pedagógica y está determinada por la existencia de los dos sujetos fundamentales del proceso orientación – aprendizaje, como el tutor propiamente dicho que guía, orienta y promueve el auto-aprendizaje y el alumno que es quien aprende (Maya, 1993, citado por Burgos, 2009, p. 260).
Por su parte Cabero, Llorente y Gisbert
(2007) señalan que los cambios antes mencionados traerán una serie de
consecuencias en los roles que los docentes desempeñarán en estos nuevos
entornos, roles como son: consultores de información, colaboradores en grupo,
trabajadores solitarios, facilitadores, desarrolladores de cursos y materiales,
y supervisores académicos. En esta misma línea, Goodyear (2001, citado por
Cabero y otros, 2007), quien ha realizado una síntesis de los principales roles
que los profesores desempeñan en la enseñanza en línea, distingue los
siguientes:
- Facilitador del proceso de enseñanza.
- Consejero / orientador.
- Diseñador.
- Asesor.
- Investigador.
- Facilitador de contenidos.
- Tecnólogo.
- Organizador / administrador.
Algunas de las habilidades y destrezas
que debe poseer según Salinas (1998, citado por Cabero y otros, 2007) son:
1) Saber guiar a los alumnos en el uso
de las bases de información y conocimiento.
2) Potenciar que los alumnos se vuelvan
activos en el proceso de aprendizaje auto-dirigido, explotando las
posibilidades comunicativas de las redes como sistemas de acceso a recursos de
aprendizaje.
3) Asesorar y gestionar el ambiente de
aprendizaje para que los alumnos sean capaces de desarrollar experiencias
colaborativas, además de monitorear el progreso del estudiante, proporcionar
retroalimentación de apoyo al trabajo, entre otras funciones.
Con todo esto es evidente el cambio que
se vive de ser transmisor de conocimiento, experto en contenido y fuente de
todas las respuestas, a ser facilitador del aprendizaje, colaborador,
entrenador, tutor, guía y participante del proceso de aprendizaje; y del cambio
de ser el profesor quien controla y dirige todos los aspectos del aprendizaje,
a ser el profesor quien permite que el alumnos sea más responsable de su propio
aprendizaje ofreciéndole diversas opciones para lograrlo.
Sin lugar a dudas, es necesario
incorporar al diseño de clase el uso de estas nuevas tecnologías, no al revés,
porque si no entonces se pierde de vista lo esencial, que es el proceso del
educando como individuo integral y completo, producto de distintos saberes
a los cuales tenemos que hacer llegar
estas mejoras en los medios de trabajo. Pero ¿qué necesita un profesor para
convertirse en tutor?
Hace falta capacitación sí, pero también mucha
información al respecto, no basta con poner tecnología de vanguardia, la
comunidad tiene que estar bien consiente de los recursos con los que cuenta y
qué es lo que se puede hacer con ellos para mejorar la vida escolar tanto de
alumnos como de profesores, a la vez que: “Son pocos los establecimientos
educativos que se atreven a desarmar el aula, a flexibilizarla. Hay algo de
sagrado en el aula tradicional. Sin embargo, se piensa que una apertura sería
la mejor solución. En realidad la era digital acaba con el aula como espacio
físico cerrado” (Amar, 2003, p. 234). Será necesario entonces, una nueva generación
de educadores, educados en las modalidades digitales, para que la
transformación sea completa.
3. La interacción
durante la tutoría a distancia y algunas consideraciones para su evaluación.
Como advierten Zea y otros (2005),
los procesos de construcción del conocimiento en la educación a distancia, y de
allí en el momento de la tutoría bajo esta modalidad, son actos complejos en
los que intervienen muchas variables, algunas del orden de mediación
tecnológica, otras de interrelaciones entre los participantes y algunas que
están relacionadas con la diversidad de características individuales
(cognitivas y afectivas) y de conexión de estos sujetos con los objetos de
conocimiento.
Por tanto, la interacción entre
docentes, estudiantes y contenido, “cobra sentido en el marco del E-
Learning como promotora del acto comunicativo, estimulando a través de las
intervenciones una construcción individual y colectiva de tipo cognitivo” (Zea
y otros, 2005, p. 49). Pero, ¿cómo facilitar cursos en línea?
Tal vez, lo más sencillo sea
recordarle al docente que sólo hay que
acompañar al estudiante en el proceso enseñanza – aprendizaje y guiarlo por
medio de directrices muy generales, pero sin darle respuesta a todas sus preguntas.
Estrategias como el desarrollo de debates mediante preguntas detonantes,
favorece la discusión, resolución y construcción de casos y coadyuva a la solución de problemas y desarrollo de
proyectos que pueden ayudar en la adaptación de la modalidad de aprendizaje en
línea. Claro está, también hay que mencionar que independientemente del tipo de
tutoría que se dé, sea esta tutoría académica (referida a las dificultades en
el estudio por los contenidos o la metodología), o bien, tutoría de orientación
(referida a problemas personales que afectan el aprendizaje), la tutoría es uno
de los elementos clave en el desarrollo de un sistema de enseñanza a distancia
(Gallego, D. J. y Alonso, C.M., 2007).
Otras sugerencias para el docente /
tutor sobre cómo facilitar cursos en línea, de acuerdo con Harasim (1997,
citado por Lozano, 2009), se enlistan a continuación:
- No se aconseja dar una cátedra larga y densa en línea, esto provocará silencio en los participantes.
- Clarificar los objetivos y expectativas que se tienen como profesor y dar la pauta para que los estudiantes participantes expresen sus propias expectativas, esto llevará a la reflexión.
- Ser flexible, paciente y empático, guiar la conversación evitando dominarla o monopolizarla para que se dé la fluidez en la comunicación entre los estudiantes.
- Ser sensible y mostrar interés en los estudiantes y en el curso, dado que es importante que el estudiante perciba esa calidez en la interacción entre docente – estudiante y se creer cierto rapport.
- Es importante que el estudiante perciba la presencia y el monitoreo constante del docente, por lo que es recomendable no saturarse de actividades para poder atender este punto.
- Formar grupos pequeños y asignar tareas o actividades relevantes para el aprendizaje y comprensión del tema de estudio y establecer estándares de buenos modales en la red.
- Adoptar una actitud flexible y abierta a cambios y aceptar nuevas posturas en varios tópicos.
En
términos de evaluación, Fainholc (2008)
menciona que es importante considerar que si bien se evalúa lo que el sistema de
la modalidad a distancia en sus posibilidades propone, se deben considerar las
características de la interacción al momento de la tutoría en línea y su
efectividad. En estos términos, al pretender evaluar la calidad y la
efectividad de un aprendizaje a distancia debe valorarse la relación entre el
efecto esperado (aquello que hay que aprender) y el real (lo que se aprendió). Por
su parte, Harasim (1999, citado por Fainholc, 2008, p. 4) define a la
evaluación como “el diálogo que se da en la práctica de la comunicación que se
produce entre los materiales y recursos disponibles, el estudiante y cómo se
decidió acercar y procesar el contenido”.
El proceso de
evaluación puede darse en determinados momentos del curso y con distinta
finalidad, según García (2006), la evaluación puede ser inicial, continua y
final y presenta tipos de evaluación que pueden ser formativa,
cuantitativa/cualitativa, normativa/ criterial / personalizada y la autoevaluación
/ hetero-evaluación.
Algunas
de las consideraciones que se deben tomar en cuenta para evaluar la tutoría
tienen que ver con el manejo y dominio del tema y la pronta retroalimentación y
disponibilidad, esto en cuanto al profesor / tutor. Pero, respecto a los demás
compañeros, es preciso llevar una coevaluación que hable sobre el respeto en tiempos
de entrega, interacción, comentarios atinados, participación oportuna, entre
otros; para no dejar de lado el carácter justo y equitativo de la evaluación en
esta modalidad, por lo que el monitoreo
o evaluación de seguimiento debe ser tarea esencial en el quehacer del
tutor en línea.
Conclusiones
A
manera de conclusión se deben considerar los diferentes roles que juega el
tutor a distancia dentro de sus funciones como asesor, orientador, instructor y
motivador; así como el papel que juega en la moderación de los grupos de
discusión formados entre sus estudiantes. Por lo que es esencial para la tarea
formadora que una nueva generación de docentes sean instruidos en las
modalidades digitales para que la transformación sea completa, y poder de esta
manera, asumir el verdadero reto que tienen por delante las instituciones
educativas al hacer uso de las nuevas tecnologías la capacitación y la concientización de los recursos humanos
para la aplicación sustentada de
los medios digitales en función del
desarrollo integral de sus estudiantes
(Reyes, 2008).
El ser consientes que este proceso de
cambio, implica el uso de otras maneras distintas de habituarnos al
conocimiento, por tanto, como menciona Lozano (2009, p. 442):
La gran meta del tutor es lograr que se cumplan los objetivos de aprendizaje del curso y que el alumno se sienta satisfecho con éste y con la calidad y calidez en el seguimiento y retroalimentación brindada a lo largo de la asignatura en cuestión.
Sólo
de esta manera se podrá decir que avanzamos, pues en la educación a distancia,
más que la figura del docente, lo que uno busca es el acompañamiento tutorial
para no estar tan solo.
Referencias
- Amar, V. (2003). Sociedad en tiempo presente y educación: a propósito de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación. Comunicación y pedagogía. Madrid, España.
- Burgos, J. V. (2009). El reto de la radio interactiva y la tutoría virtual. En Lozano, A. y Burgos, J.V. Tecnología educativa en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. México: LIMUSA – EGE. Pp. 241 – 270.
- Cabero, J., Llorente, M.C. y Gisbert, M. (2007). El papel del profesor y el alumno en los nuevos entornos tecnológicos de formación. En Cabero, J. Nuevas tecnologías aplicadas a la educación. Madrid, España: Mc Graw Hill. Pp. 261 – 276.
- Fainholc, B. (2008). La calidad en la educación continúa siendo un tema muy complejo. Revista de Educación a Distancia, pp.1-7. Disponible en: http://www.um.es/ead/red/12/fainholc.pdf
- Gallego, D. J. y Alonso, C.M. (2007). La educación a distancia en los nuevos contexto socio-educativos. En Cabero, J. Tecnología educativa. México: Mc Graw Hill. Pp.195 – 212.
- García, L. (2006). La educación a distancia: De la teoría a la práctica. Barcelona, España: Ariel Educación. Cap. 11 Pp. 287- 305.
- Lozano C., A. (2009). Prácticas de tutoría en educación a distancia. En Lozano, A. y Burgos, J.V. Tecnología educativa en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. México: LIMUSA – EGE. Pp. 421 – 444.
- Reyes, F. (2008). La era digital: valor y uso de las nuevas tecnologías educativas. Revista Digital Universitaria, UNAM. 9 (2). Disponible en: http://www.revista.unam.mx/vol.9/num2/art08/int08.htm#a
- Valenzuela, J.R. (2010). Competencias para la modalidad de e-Learning: importancia de la capacitación para el cambio educativo. En Burgos, J.V. y Lozano, A. Tecnología educativa y redes de aprendizaje de colaboración: Retos y realidades de innovación en el ambiente educativo. México: Trillas. Pp. 105 – 130.
- Zea, C.M., Trujillo, J.A., Atuesta, M.R. y Foronda, N. (2005). Características de los procesos de gestión en los contextos E-Learning. Revista Universidad EAFIT, (41)140, pp.43-57. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/215/21514004.pdf
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